3.11.2011

El mejor regalo para nuestros hijos


El mayor deseo de todo padre y madre es que sus hijos salgan delante, que triunfen en la vida, pero ¿cómo ayudarlos a lograrlo? 

Una de las más importantes enseñanzas y quizás el mejor regalo para nuestros hijos es que aprendan a elegir, que aprendan a saber qué desean y si les conviene o no. Que no decidan por capricho sino evaluando las consecuencias que pueden tener sus actos y analizando el beneficio que pueden lograr. 

Cuando elegimos nos volvemos responsables porque tenemos claro hacia dónde vamos y lo que queremos lograr. La responsabilidad no es pues el cumplimiento de una obligación impuesta por otros, sino el "responder" por aquello a lo que nos comprometimosy como ya dijimos, nos comprometemos porque vemos el beneficio para nuestra vida, para nuestras metas. 

Bien sea que queramos estudiar, trabajar, jugar fútbol, o hacer el almuerzo, siempre podremos dar lo mejor de nosotros mismos si lo elegimos sabiendo porqué lo vamos a hacer. 

Si alguno de nuestros hijos elige hacer algo, estemos o no de acuerdo con que lo haga, debemos permitirle tener la experiencia, a no ser que se vaya a causar un daño grave, o a causarlo a otros. Dejarlo que haga lo que él ha elegido, no por capricho sino por su convencimiento, es importante para su formación. 

Pero eso sí, luego debemos sentarnos con él a evaluar esa experiencia. ¿Qué aprendió en el proceso? ¿Cuáles fueron los resultados? ¿Qué consecuencias esperadas o no va a tener por sus acciones? 

En fin, hay que ayudarle a mirar el conjunto de la situación y a entender que todo lo que hacemos trae consecuencias convenientes o inconvenientes, pero que igual tenemos que aceptar el resultado de nuestros actos, nos guste o no. 

Educarlos dejándolos escapar de las consecuencias de sus acciones los vuelve irresponsables, los ubica en un mundo irreal y difícilmente podrán lograr alguna meta o triunfar como queremos que lo hagan. 

Pensemos en nosotros: cuánto nos cuesta aceptar que nos equivocamos, no solo ante los demás, también ante nosotros mismos y cómo nos es de difícil aceptar también lo bueno que nos llega, porque como no asumimos la responsabilidad de lo que hacemos, tampoco creemos merecernos nada bueno. 

Cuántas veces hacemos algo lindo y nos dicen gracias... y qué respondemos? de nada...pero no es verdad, sí hicimos algo que nos mereció el agradecimiento de otros. Aceptémoslo y enseñemos a nuestros hijos a agradecer y a recibir el agradecimiento de otras personas. 

Valorar lo que consideramos positivo es tan importante como valorar lo que consideramos negativo, pues es la única forma de aprender a elegir, de entender lo que nos llega y de poder orientar nuestras acciones hacia los resultados que deseamos alcanzar.

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