1.29.2012

Orientación al mejoramiento continuo


Es la capacidad de revisar y analizar lo que se ha hecho con el fin de aprender de la experiencia y tenerla en cuenta en próximas ocasiones.

Todos los seres humanos tenemos en nuestro interior “un motorcito” que permanentemente nos Impulsa a crecer, a aprender, a hacer las cosas bien y a querer hacerlas cada vez mejor.

Ese motorcito es como una voz que viene de dentro y se manifiesta en una motivación permanente, pero para que ella funcione adecuadamente tenemos que encontrarle sentido a lo que hacemos, porque la motivación implica un motivo y ese motivo es el motor que nos mueve y nos da el empuje necesario para movernos en la búsqueda de lo que deseamos.

Podemos afirmar que cuando nuestra actividad diaria va encaminada a lograr nuestras metas, las que nos llevarán a alcanzar los objetivos que nos hemos trazado y que forman parte del gran propósito de nuestra vida, hacemos las cosas con mayor agrado, con más facilidad, con más alegría y sobre todo disfrutamos de lo que hacemos.

El ciclo de mejora PHVA que conocemos por el trabajo en calidad también funciona en nuestra vida personal: Planear, Hacer, Verificar y Actuar de manera correctiva o re-afirmativa. Cuando planeamos estamos definiendo a dónde queremos llegar (objetivos), luego implementamos esa decisión y hacemos lo que consideramos que es necesario para lograr lo planeado, después verificamos o evaluamos nuestras acciones y finalmente volvemos a actuar de manera más consciente y enriquecida por la información de la evaluación.

En nuestra vida personal podemos aplicar este modelo o cualquier otro que nos sirva, lo importante es que le demos sentido a lo que vamos a realizar, que miremos la conveniencia de lo que queremos, que observemos cómo se une ese objetivo con nuestro propósito para no realizar actividades contradictorias con lo que esperamos alcanzar, que luego veamos cuáles son los pasos o las metas que debemos recorrer para llegar al objetivo esperado y que pasemos a la acción llenos de confianza en que podemos lograrlo porque vamos a actuar con una visión clara y apuntando “con todo” en esa dirección.

Llevemos a cabo las actividades disfrutando cada momento, porque cuando disfrutamos lo que hacemos damos lo mejor de nosotros y tenemos más posibilidades de lograr lo que queremos.

Posteriormente valoraremos entonces el proceso, miraremos qué nos enseñó cada situación que vivimos y si los resultados que obtuvimos fueron convenientes o inconvenientes para nosotros, porque la vida está llena de oportunidades, de nuevos comienzos y el fracaso definitivo no existe, siempre tendremos la oportunidad de buscar unos nuevos resultados y cada vez que miremos hacia dónde ir encontraremos finalmente el camino a recorrer y la manera de corregir el rumbo si nos hemos desviado y volveremos a actuar de una manera más clara, más firme, llenos de convencimiento de lo que queremos hacer ahora para continuar nuestro viaje.

Preguntémonos al comenzar cada día… ¿qué voy a hacer hoy? , ¿me gusta? ¿me sirve? ¿cómo puedo disfrutarlo?, ¿si éste fuera el último día de mi vida haría lo mismo?...

Esto lo podemos hacer en unos pocos minutos cada mañana, pues cada día es un nuevo comienzo, es una nueva oportunidad de acercarnos a nuestros objetivo y descubrir nuestro propósito de vida, cada día nos ofrece una nueva oportunidad de mejorar, de crecer, de avanzar.

Y cada noche podemos evaluar nuestro día en otros pocos minutos, para mirar cuánto aprendimos, cuánto recorrimos durante el día, qué fortalecimos, qué queremos cambiar para mañana. Si lo hacemos así veremos cómo nuestro crecimiento personal y profesional se acelera y toma un ritmo imparable.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario