4.10.2012

Seamos optimistas…


En nuestra familia, en nuestro trabajo, en cualquier ambiente en que nos movamos, es muy importante mirar las cosas que nos pueden pasar, con la confianza que siempre pasará lo que más nos sirva, así en el momento no lo veamos tan claro.

La Vida siempre nos trae las experiencias que necesitamos para progresar, para avanzar, para hacer mejor aquello que ya creemos saber o aquello que dejamos incompleto o que no nos satisfizo cuando lo realizamos y dejamos en un rinconcito de nuestro interior, con la esperanza de una nueva oportunidad para hacerlo mejor.

Así pues, cada día vendrá lo que más nos convenga, pero no en nuestra mirada de corto plazo, sino en la mirada de la vida como un conjunto, como una escuela donde vamos teniendo ocasiones para compartir, aprender y disfrutar con otros seres que amamos.

Recordemos el dicho: … a la cama no te irás sin aprender algo más…

Lo importante es disfrutar el presente y proyectar con confianza las cosas buenas que queremos que nos lleguen. La angustia, la preocupación, el desconsuelo, la depresión y todas esas miradas llenas de desesperanza que a veces tenemos sobre las cosas, no nos ayudan a hacer mejor lo que nos corresponde, -para luego tener los resultados que deseamos-, sino que por el contrario nos retardan las mejores oportunidades que podamos tener.

En la escuela o el colegio nosotros lo vivimos y nuestros hijos seguramente también lo viven hoy: si van contentos y seguros a un examen, los resultados son mucho mejores que si van llenos de angustia e inseguridad.

En nuestras manos tenemos los procesos pero no los resultados. Podemos garantizar lo que estudiamos, lo que aprendemos y hasta la tranquilidad con que nos presentamos al examen, pero no podemos garantizar la nota que nos ponga el profesor.

A veces los resultados que esperamos no se dan o se demoran por alguna razón, porque hay algo que todavía necesitamos aprender… o hay siembras que se demoran un poco para dar sus frutos.

Lo que si podemos hacer es mirar si dimos lo mejor de nosotros mismos, si hicimos lo que creímos que era lo correcto.

Busquemos cada día valorar lo que vivimos: qué aprendimos, qué oportunidades lindas tuvimos, a quiénes conocimos, qué podemos hacer mañana para que las cosas sean mejor para nosotros… y mientras tanto, adelante, con ánimo, teniendo confianza en la Vida y confianza en lo que hacemos.

Actuemos con la seguridad de que siempre vendrá lo mejor para cada uno de nosotros y en el momento más armónico: eso es ser optimistas de verdad.

Pensando en usted y en su gente…



Algunas ideas para directores y coordinadores de equipos de trabajo
  • Asigne las tareas claramente especificando las prioridades y asegurándose de haber sido comprendido
  • Motive su gente mostrándole cuál es el beneficio de lo que van a hacer y cuáles los objetivos que se desean alcanzar
  • Escuche con atención las opiniones del grupo para enriquecer las propuestas y actividades de trabajo, así como para adelantarse a los posibles obstáculos que usted no ha considerado
  • Realice siempre seguimiento a las tareas que asigna, si son tareas permanentes revise periódicamente hasta que esté seguro(a) que se convirtieron en hábito
  • Esté disponible cuando le soliciten apoyo o información acerca de las tareas que deben desarrollarse y acompáñelos(as) en lo que requieran
  • Evalúe los resultados para descubrir las fortalezas y aprovecharlas o descubrir debilidades y proponer acciones de mejora
  • Reconozca siempre los logros y los buenos resultados de las personas y del grupo
  • Respete siempre las personas aunque tenga diferencias con sus ideas o formas de hacer las cosas (puede atacar una idea, nunca una persona)
  • Exprese lo que piensa sobre los hechos, evitando comentarios que puedan herir o descalificar las personas (elimine de su vocabulario: usted nunca o usted siempre, o usted es…cuando es negativo)
  • Disfrute su equipo de trabajo haciendo de su actividad algo agradable donde puedan aprender y compartir logros e inquietudes.

Eso es verdad, eso es cierto…



Dicen los entendidos que los grandes males de la humanidad son el orgullo y el egoísmo. Ellos se expresan de muchas formas, por ejemplo en la indiferencia frente lo que les pasa a los demás y en la mentira. Hoy voy a hablar de ésta última.

Es increíble cómo en muchas ocasiones las personas justifican el hecho de mentir diciendo que existen las mentiras blancas. Es decir, que mienten creyendo… que nos hacen creer… que no se están dañando ellos mismos o a los demás. No se dan cuenta que son los primeros perjudicados al crear un hábito inconveniente que será cada día más difícil de eliminar y que hará que los demás pierdan la confianza en ellos.

Describir los hechos tal como sucedieron, con el menor número de interpretaciones posibles, nos acerca a la verdad, pero cuando tapamos parte de la información que recibimos, o no la tenemos en cuenta en el análisis, o cuando nos callamos por temor creyendo que no va a pasar nada, sin importarnos los perjuicios que causamos, pues cometemos un error más grave ya que los estamos sumando: el desacierto que no queremos que se sepa más la mentira para taparlo.

Todos los seres humanos nos equivocamos, por eso lo importante no es tanto la equivocación, como la actitud de repararla a tiempo, de aceptarla y de procurar que se den el menor número de consecuencias negativas para el grupo o las personas que se verán afectadas, pero si tapamos la falla, no podremos corregir o prevenir su nueva ocurrencia, aumentando así las dificultades que tendremos que enfrentar más adelante.

Reconocer los errores, expresar que no sabemos cómo hacer algo o cómo corregirlo, nos da la posibilidad de aprender y de acertar en las siguientes ocasiones. Dejar de hacerlo es una muestra de orgullo y egoísmo, de indiferencia ante los demás y de incapacidad de ser sinceros con nosotros mismos o con otros.

Los invito a no tener miedo de exponer las dificultades que tienen hoy, a encontrar con otros las mejores formas de solucionarlas para evitar grandes problemas de convivencia. Aprovechemos las oportunidades que tenemos en el momento que ésta es la mejor manera de abrir las puertas para alcanzar un mejor futuro.

La verdad es la mejor aliada en nuestra vida en general, tanto en lo laboral como en lo personal. Ella nos ayuda a evitar los enredos, a dejar de sufrir y sentir angustia pensando en cuándo se destapará lo que en verdad pasó, porque por ahí dicen que “entre cielo y tierra no hay nada oculto” así que podemos contar con que un día u otro se sabrá la verdad. Decirla claramente de una buena vez, bajará nuestro estrés y facilitará las soluciones.

Una mano amiga…



Una de las oportunidades más importantes que tenemos en nuestra vida diaria es la de poder acompañar a otras personas en momentos difíciles para ellas. En muchas ocasiones tenemos cerca familiares o amigos que no han logrado encontrar un empleo o tienen uno que no les satisface por alguna razón. En estos casos podemos apoyarles para buscar hacerles menos dura su situación.

Una de las posibilidades que tenemos es escucharles, sin juzgarles, sin afirmar que sabemos qué los tiene insatisfechos, pues no podemos ponernos en los zapatos de otro. Pero si podemos compartir con ellos(as) nuestra experiencia y que vean si encuentran allí algo que les ayude o les sirva para incluir en su reflexión.

Compartir lo que sentimos, lo que vivimos o lo que hicimos no compromete a la otra persona a seguir nuestro camino. Cuando se nos ocurren ideas, o les proponemos hacer algo no podemos luego venir a preguntarles si hicieron lo que les dijimos, porque no se trata de darles órdenes o instrucciones, son adultos y tienen libertad de tomar o no nuestras sugerencias.

Además de esto es importante acompañarles o darles el espacio para que conserven o mejoren su fe, su confianza en sí mismos y en la Vida, ya que seguramente en esta situación se verán afectadas. Contémosles cuáles vemos que son sus principales cualidades y habilidades, qué fortalezas les encontramos, en qué situaciones hemos visto su valor y su valentía, qué les admiramos… en fin, ayudémosles a ver lo positivo que hay en ellos(as) ya que es esto lo que les servirá para proyectarse mejor hacia el futuro.

En estos momentos es muy posible que la persona se sienta frágil, por ello manifestarle nuestro afecto y respeto es importante, tanto como el hecho de no permitir que se traspasen los límites y principios de una sana convivencia. La comprensión, el apoyo y la comunicación son claves en nuestras vidas y deben mantenerse en todo momento.

Si convivimos con una persona que está en búsqueda de empleo es importante que la apoyemos en dirección a:
  • Efectuar diariamente una rutina que incluya ejercicio físico y alimento sano que le ayude a mantenerse en forma y a manejar el estrés.
  •  Encontrar en este momento las tareas que la hacen más feliz y en las cuales puede desarrollar una mejor labor, para orientar hacia ellas su búsqueda.
  • Prepararse a través de cursos o lecturas que le ayuden a mantenerse actualizada en lo que desea trabajar.
  •  Participar activamente de la vida familiar con responsabilidades que no tengan una exigencia económica a la que no pueda responder.
  • ·Encontrar en esta ocasión una oportunidad de enfocarse o reenfocarse en sus propósitos de vida y sus objetivos.