10.02.2017

¡Atrévete a creerte!

Es posible que en algunos momentos nos sintamos confundidos, eso es cierto, pero si dejamos hablar a nuestro corazón veremos que tiene razones poderosas y nos muestra el camino. “Conócete a ti mismo” como decía Sócrates el gran filósofo griego, es una muy preciada afirmación que nos devuelve el poder, la autonomía y el respeto por nosotros mismos.

Cuando ganamos la confianza suficente para creernos, hemos dado un paso gigante en nuestra vida. Reconocer que estamos donde podemos hacer los aprendizajes y desarrollar las habilidades que necesitamos para lograr nuestras metas es tan importante como aceptar que sí sabemos quienes somos, qué queremos y muchas veces también, que sabemos como podemos lograrlo. 

Hacer un listado de nuestras principales certezas y principios para acordarnos de cuáles son las claridades profundas que nos guían, puede ayudarnos a estar más atentos a lo largo del día. Los invito a hacerlo.

He aquí algunas certezas que a lo mejor forman parte de muchos listados y les pueden dar ideas de cómo hacerlo, poniendo en él las cosas que de verdad creen, de lo que están convencidos y lo que buscan hacer realidad en la vida diaria, así no se haya logrado aplicar al 100%, pero el tenerlo presente sirve como guía en el continuo trasegar. 

· La vida tiene sentido, un profundo sentido más allá de lo aparente.
· Yo tengo todo lo esencial para avanzar hacia mis propósitos y objetivos.
· La vida siempre me trae las personas y situaciones que facilitan mi fortalecimiento. 
· El camino que he elegido es perfecto para mí y me permite aprender lo que necesito.
· Vivo en comunidad para compartir ideas, experiencias y aprender del ejemplo de los demás.
· Siempre puedo encontrar la forma de aprender, servir, disfrutar y compartir con los que amo.
· Puedo equivocarme o caer pero lo importante es levantarme y reparar. 
· Puedo disfrutar plenamente de lo que soy tanto como de lo que hago y lo que tengo.
· Yo recorro mi camino a mi ritmo y a mi modo pero escucho, filtro y decanto lo que me llega.
· Al hablar con otros me escucho, los escucho, aclaro ideas, sentimientos y posibilidades de acción.
· La verdadera felicidad es saberme encaminado hacia mis propósitos de vida, por eso puedo vivir en paz.

De esta manera dejamos por fuera los prejuicios, las creencias falsas, o los miedos y nos enfocamos en nuestras posibilidades reales dando salida a nuestro propio poder. Nos empoderamos, tomamos nuestra vida en nuestras manos y nos impulsamos con la claridad de nuestro buen juicio. Namaste.

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