12.12.2013

Acerca de la veracidad

Ser veraces es actuar de acuerdo con lo que creemos. Es una expresión fiel de lo que vivimos, sentimos, percibimos, escuchamos, etc. La veracidad también hace referencia a la rectitud y la honradez. Es la cualidad de la persona “que dice, usa o profesa siempre la verdad”[1].

Es la práctica de la conducta recta, del comportamiento que se ajusta a principios y compromisos, del respeto a la propia consciencia. La veracidad se expresa en la sinceridad y la honestidad y ella “garantiza la confianza, la seguridad, el respaldo: en una palabra integridad.”[2]

La veracidad la vamos ganando en la medida en que somos capaces de aceptarnos como somos y comportarnos de acuerdo con lo que pensamos y sentimos. También cuando decidimos no ser complacientes con otros o descubrimos que no tenemos porqué temerles. 

La persona veraz acata las normas de convivencia y no lo hace por sumisión o miedo, sino porque las mira cuidadosamente y comprende el beneficio que encierran.Cuando dice que va a hacer algo sabemos que es cierto, o que por lo menos va a hacer lo que esté en sus manos para cumplirlo; es un compromiso consigo misma, casi como si hiciera un juramento. 

Cada uno de nosotros le asigna un nivel de importancia a la veracidad en las relaciones con otras personas y consigo mismo y busca acercarse progresivamente a expresar su propia verdad. En ocasiones pensamos que las inexactitudes, los silencios o las pequeñas “mentirillas” no faltan a la verdad. Sin embargo, nos estamos engañando porque sí lo hacen. 

La deshonestidad, así como la mentira, quiebra la confianza, no permite actuar en el presente con certeza ni proyectarse de manera positiva hacia el futuro, por eso es importante buscar alternativas que nos permitan resolver las situaciones diarias sin comprometer nuestra veracidad. 

Cuando expresamos nuestras ideas o sentimientos debemos ser lo más precisos posible en las apreciaciones que hacemos y somos honestos y veraces al decir “yo veo esta situación de esta manera, o yo me siento así…o yo interpreto esto de esta manera, pero no sé desde su punto de vista como se pueda interpretar”. 

Porque nuestra visión no coincide necesariamente con las de otros y existen tantas posibles miradas sobre las cosas como personas, lo cual nos permite ampliar nuestra visión e integrar perspectivas. Las personas son libres de hacer lo que consideren mejor para sí, aún si deciden molestarse con nosotros porque no pueden manejar la información que les damos. 

“la comunicación verbal honesta, si se lleva a cabo con amor, puede ser una de las formas de comunicación más efectivas… si se utiliza con engaño o enojo, puede ser… la más destructiva.”[3]


[1] Real Academia de la Lengua Española, consultada en www.rae.es febrero, 2012. 
[2] Navarro Regino. Trabajar bien, vivir mejor. 2005 p.170). 
[3] Roger John. La honestidad, MSIA, número 54 pg. 20 

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