4.10.2012

Una mano amiga…



Una de las oportunidades más importantes que tenemos en nuestra vida diaria es la de poder acompañar a otras personas en momentos difíciles para ellas. En muchas ocasiones tenemos cerca familiares o amigos que no han logrado encontrar un empleo o tienen uno que no les satisface por alguna razón. En estos casos podemos apoyarles para buscar hacerles menos dura su situación.

Una de las posibilidades que tenemos es escucharles, sin juzgarles, sin afirmar que sabemos qué los tiene insatisfechos, pues no podemos ponernos en los zapatos de otro. Pero si podemos compartir con ellos(as) nuestra experiencia y que vean si encuentran allí algo que les ayude o les sirva para incluir en su reflexión.

Compartir lo que sentimos, lo que vivimos o lo que hicimos no compromete a la otra persona a seguir nuestro camino. Cuando se nos ocurren ideas, o les proponemos hacer algo no podemos luego venir a preguntarles si hicieron lo que les dijimos, porque no se trata de darles órdenes o instrucciones, son adultos y tienen libertad de tomar o no nuestras sugerencias.

Además de esto es importante acompañarles o darles el espacio para que conserven o mejoren su fe, su confianza en sí mismos y en la Vida, ya que seguramente en esta situación se verán afectadas. Contémosles cuáles vemos que son sus principales cualidades y habilidades, qué fortalezas les encontramos, en qué situaciones hemos visto su valor y su valentía, qué les admiramos… en fin, ayudémosles a ver lo positivo que hay en ellos(as) ya que es esto lo que les servirá para proyectarse mejor hacia el futuro.

En estos momentos es muy posible que la persona se sienta frágil, por ello manifestarle nuestro afecto y respeto es importante, tanto como el hecho de no permitir que se traspasen los límites y principios de una sana convivencia. La comprensión, el apoyo y la comunicación son claves en nuestras vidas y deben mantenerse en todo momento.

Si convivimos con una persona que está en búsqueda de empleo es importante que la apoyemos en dirección a:
  • Efectuar diariamente una rutina que incluya ejercicio físico y alimento sano que le ayude a mantenerse en forma y a manejar el estrés.
  •  Encontrar en este momento las tareas que la hacen más feliz y en las cuales puede desarrollar una mejor labor, para orientar hacia ellas su búsqueda.
  • Prepararse a través de cursos o lecturas que le ayuden a mantenerse actualizada en lo que desea trabajar.
  •  Participar activamente de la vida familiar con responsabilidades que no tengan una exigencia económica a la que no pueda responder.
  • ·Encontrar en esta ocasión una oportunidad de enfocarse o reenfocarse en sus propósitos de vida y sus objetivos.

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